Señor: tú me llegas hasta
el fondo y me conocer por dentro. Lo sé: Me conoces cuando no paro o cuando no
sé qué hacer.
Mis ilusiones y mis
deseos los entiendes como si fuesen tuyos.
En mi camino has
puesto tu huella, en mi descanso te has sentado a mi lado, todos mis proyectos
los has tocado palmo a palmo. Tu oyes el corazón del hombre sumido en el
silencio, cuando aún no tiene palabras para unirse a ti.
Es increíble: me
tienes agarrado totalmente, me cubres con tu palma y me siento tuyo.
Como grano de arena
en el desierto, como gota de agua perdida en el mar.
Así me encuentro
ante ti.
Dios mío, quiero
abrir mis brazos y abrazarte.
Quiero llegar hasta
tu orilla y nunca toco tu tierra.
Me digo y no sé
responderme:
-¿a dónde iré que
no sienta el calor de tu aliento?
Me digo:
-¿a dónde escaparé
que no me encuentre con tu mirada?
Cuando escalo mi
vida y me supero, allí estás tú.
Cuando me canso en
el camino y me siento barro, allí, perdido en mi dolor, te encuentro a ti.
Cuando mis alas se
hacen libertad sin fronteras y todo el despertar de algo nuevo; cuando surco
los mares de mis sueños y pierdo la arena pegadiza de mis playas, allí está tu
mano, y tus ojos, y tu boca...
Allí, como AMIGO.
AMIGO FIEL, de
nuevo estás tú.
Si digo cansado:
-Que la tiniebla me
cubra de negro como un paraguas viejo y roto; si digo desanimado:
-Que el día se haga
noche sobre mí y me envuelva en su manta robándome el camino, ni la tiniebla,
Señor, es oscura para ti y la noche, Señor, es clara como el día.
Tu eres como
MANANTIAL DE DONDE BROTA EL RIO, como RAIZ DE DONDE ARRANCA EL ARBOL.
Tu vida se ha hecho
vida en mis entrañas, me has dado el origen y quieres que camine hacia la META
QUE NO ES OTRA SINO TU.
SOY TUYO:
Solo tu AMOR da
respuesta a mi pregunta.
Me amabas ya cuando
me tejiste en el seno de mi madre.
Te doy gracias
porque ME HAS LLAMADO A SER FELIZ.
Señor, me conoces
hasta el fondo de mi alma, no se te esconde nada de cuanto soy, en lo más
profundo.
Yo me pregunto si
el sentido de mi vida puede darse, ¿si le faltas TU?
Señor: Aunque mi
árbol se quede sin hojas, aunque la poda lo deje desnudo y solo, aunque el frío
lo apriete hasta hacerle llorar, Señor, en mi árbol, mi hoja SERAS SIEMPRE TU.
Dios mío, sondéame
para conocer mi corazón.
Ponme a prueba para
conocer mis sentimientos, mira si mi camino se desvía o se vuelve camino
muerto.
Guíame por el
camino nuevo que has abierto entre los hombres.
Quiero hacer de él
UN PROYECTO PARA MI VIDA, sí. Y paso a paso, desde lo hondo de mi ser, VIVIR
PARA TI.
AMEN